Ese brillo de esperanza... se debilita
Pensar en lo que el futuro tiene reservado para ti muchas veces asusta. Asusta por ser desconocido o porque quizás tal y como estás ahora estás bien y no quieres cambiar.
A mi el futuro no me da miedo, siempre he pensado que después de todo, si tienes fuerza interior y crees en tí mismo todo es posible.
Lo que me aterra es volver a perder la fe en mi mismo. Volver a sentirme como alguien que no merece la pena, que bien puede servir para reir, para abrazarlo como a un osito de peluche cuando te sientes solo, pero que a la hora de la verdad es del todo prescindible: una diversión más.
Últimamente y además "in crescendo", vengo teniendo esa sensación a mi alrededor. He ido olvidando casi sin quererlo las razones por las que yo mismo me valoraba, gracias a las que me consideraba capaz de aspirar a todo y estar a la altura de todos.
Estoy asustado. No por lo que vaya a venir el día de mañana, sino por la persona que puedo terminar siendo a este paso.