jueves, 15 de noviembre de 2007

¿Para qué?


Andulaileë era un antiguo rey que quiso convertirse en el ser más amado del mundo.

Para ello urdió un plan. Gracias a la ayuda de una de sus profetisas, se despojó de todo aquello que le rodeaba, cambió su rostro y se rehizo a si mismo empezando de cero. La gente, al considerarlo un triste pordiosero sólo se compadeció de su desgracia existencia.

El pobre monarca trató inútilmente de mostrar al mundo su bondad, su notable inteligencia, su extraordinara capacidad, pero nadie quería saber nada de un pobre mendigo.

Fue entonces cuando entendió que la vida no se rige por las mismas leyes que las matemáticas o la geometría. Alcanzó a comprender que los seres humanos son, en muchas ocasiones, incapaces de ver más allá de lo que tienen delante, de lo meramente material.

Volvióse a convertir en un poderoso monarca, desterró a cada uno de aquellos que se acercó a él alabando sus virtudes y gobernó con mano férrea el resto de su vida.

Mucha gente después de él intentó, sin éxito, mostrarse al mundo desde el interior únicamente, pero lamentablemente llegó a la misma conclusión que Andulaileë: "¿para qué?, se dijo a la postre el rey, cómo pretendo ser el ser humano más amado del mundo si la Humanidad jamás ha comprendido que existe algo más allá del rosáceo de nuestra piel."

1 comentario:

Anónimo dijo...

Para que intentarlo? Para demostrar que todavía queda alguna persona que valga la pena...